Nuestros inicios se remontan a los años 20 del siglo pasado. Se trataba de una pequeña fundición dónde se fabricaban clavos y pequeñas piezas de metal pero, poco a poco, se fue orientando al mercado incipiente de la construcción.
A partir de los años 60 se empezó a industrializar la fabricación de armaduras elaboradas y electrosoldadas, siendo totalmente innovadores en este campo.
A partir de los acontecimientos del Turó de la Peira y la aparición de la aluminosi se creó una nueva división dedicada a la rehabilitación de forjados.